La caspa es una afección de la piel que suele manifestarse con descamación excesiva, picor y enrojecimiento del cuero cabelludo. Se produce cuando las células muertas se desprenden rápidamente y se acumulan en la piel. Esta afección puede atribuirse a diversos factores, como un cuero cabelludo excesivamente graso o seco, infecciones fúngicas, estrés, cambios hormonales, uso de productos para el cuidado del cabello o factores genéticos.

Aunque la caspa suele ser inofensiva, puede ser molesta debido al picor y a problemas estéticos. La caspa puede controlarse a menudo con champús anticaspa o tratamientos recomendados por dermatólogos. El tratamiento puede variar según el estado del cuero cabelludo y la causa de la caspa. Conocida popularmente como «kepek» en turco, la caspa es un problema común de la piel con el que la mayoría de la gente puede encontrarse en algún momento de su vida. Sin embargo, con los cuidados y el tratamiento adecuados, suele poder controlarse.

La caspa es un problema común del cuero cabelludo que se caracteriza por picor, sequedad, enrojecimiento y escamas blancas. Suele asociarse a una afección denominada dermatitis seborreica, que suele derivarse de una inflamación del cuero cabelludo causada por un tipo de hongo. Los factores desencadenantes y de riesgo de la caspa pueden variar de una persona a otra, ya que son múltiples los factores que influyen en esta afección. Entre los desencadenantes y factores de riesgo más comunes de la caspa se incluyen:

Infecciones fúngicas: Una de las causas más comunes de la caspa son las infecciones fúngicas. El crecimiento excesivo de un hongo llamado Malassezia puede provocar picor, enrojecimiento y descamación del cuero cabelludo.

Producción de sebo: La producción excesiva de grasa en el cuero cabelludo puede desencadenar la formación de caspa. El cuero cabelludo graso puede favorecer el crecimiento del hongo Malassezia.

Estrés: El estrés puede causar cambios hormonales en el cuerpo, lo que provoca problemas en el cuero cabelludo. La sensibilización del cuero cabelludo debida al estrés puede aumentar la formación de caspa.
Piel seca: Un cuero cabelludo excesivamente seco también puede desencadenar la caspa. La piel seca puede provocar descamación y picores.

Cambios hormonales: Los cambios hormonales, especialmente durante la pubertad, el embarazo o la menopausia, pueden contribuir a los problemas del cuero cabelludo.

Uso de productos para el cuidado del cabello: Algunos productos para el cuidado del cabello, debido a su contenido químico, pueden irritar el cuero cabelludo y aumentar la formación de caspa.

Mala alimentación: Las deficiencias vitamínicas, especialmente de vitaminas del grupo B y de zinc, pueden afectar a la salud del cuero cabelludo y aumentar la formación de caspa.

Factores genéticos: Si hay antecedentes de caspa en la familia, los factores genéticos pueden influir en la salud del cuero cabelludo.

Clima frío y seco: El clima frío y seco puede resecar el cuero cabelludo y aumentar la formación de caspa.

Para controlar la caspa, se recomienda limpiar regularmente el cuero cabelludo, utilizar champús adecuados, seguir una dieta sana y evitar el estrés. Si los síntomas persisten, es importante acudir a un dermatólogo.

La caspa es un problema común del cuero cabelludo que se caracteriza por picor, sequedad, enrojecimiento y escamas blancas. A menudo asociada a la dermatitis seborreica, una afección relacionada con la inflamación causada por un tipo de hongo, el control de la caspa implica tener en cuenta los siguientes pasos:

Elegir el champú adecuado: Utilizar champús específicamente formulados para la caspa puede ser eficaz. Estos champús suelen tener propiedades antifúngicas.

Mantener limpio el cuero cabelludo: Limpiar regularmente el cuero cabelludo puede reducir la formación de caspa. Sin embargo, evite lavarlo con demasiada frecuencia, ya que puede resecar el cuero cabelludo.

Consuma alimentos probióticos: la salud de sus intestinos puede repercutir en los problemas del cuero cabelludo. Consumir alimentos ricos en probióticos, como el yogur o las verduras fermentadas, puede favorecer el equilibrio interno.

Hidratar el cuero cabelludo: Un cuero cabelludo seco puede contribuir a la formación de caspa. Mantener el cuero cabelludo hidratado con productos para el cuidado del cabello que contengan humectantes puede ser beneficioso.

Nutrición equilibrada: La salud del cabello suele estar relacionada con la salud general del organismo. Una dieta rica en vitaminas y minerales puede favorecer la salud del cuero cabelludo.
A pesar de estas recomendaciones, si el problema de la caspa persiste, es esencial consultar a un dermatólogo.